Cómo mejorar la dermatitis del cuero cabelludo con los champús Essabó: Parte II

En el artículo pasado os contamos por qué cada vez hay más problemas de dermatitis del cuero cabelludo centrándonos en el uso de cosméticos con tóxicos como sulfatos, siliconas, katón y betaína.

Hoy vamos a profundizar un poquito más en las causas de esos problemas capilares, ya que cuando hablamos de dolencias dermatológicas no podemos asociarlo a un único factor.

 

Estrés y alimentación: los otros malos de la película

Esto es porque nuestra piel no es únicamente el órgano que nos recubre, sino que es el gran comunicador de nuestro organismo. A través de la piel sabemos si fuera hace frío o calor y, por tanto, si hemos de abrigarnos o no. Recibimos caricias y buscamos el contacto humano (de hecho estar piel con piel es la primera necesidad del bebé, junto con alimentarse) y notamos si nos hemos pinchado, si nos quemamos…

Pero no solo eso. La piel comunica lo que nos pasa dentro ¿alguna vez has tenido un evento importante y justo ese día has amanecido con un grano o un eccema? ¿Alguna vez te ha sentado algo mal y te has dado cuenta porque la piel te ha reaccionado?

Nuestra piel no es un órgano independiente, sino que reacciona tanto a los estímulos y tóxicos de fuera como a los de dentro.

Por eso, una de las primeras causas de la dermatitis de cuero cabelludo es el estrés. Así de sencillo (y complicado al mismo tiempo). El estrés es un mecanismo de supervivencia de nuestro organismo que se pone en marcha durante un tiempo breve.

Nuestras glándulas adrenales segregan cortisol porque estamos en riesgo. Pone todos los recursos de nuestro organismo a trabajar para salir de esa crisis.

¿Habéis visto alguna vez a una mamá o papá hacer una proeza para salvar a sus hijos dando un salto gigante o corriendo a la velocidad del rayo? Esa heroicidad la provoca el estrés.

Cuando una gacela huye de su depredador hace lo mismo.

Una vez pasa el momento se vuelve al estado de calma y el cuerpo deja de segregar la hormona del estrés.

Por desgracia, nuestra sociedad ha cronificado algo que en nuestra naturaleza está diseñado para ser puntual y momentáneo y, como consecuencia, tenemos un desgaste para el que nuestro cuerpo no está diseñado.

El estrés constante provoca todo tipo de dolencias, entre las que destacan las relacionadas con la piel y el cuero cabelludo.

Si sufres dermatitis deberías controlar tu estrés, hacer yoga o meditación y tomarte la vida más a la ligera. De verdad, son dos días.

El segundo lugar, otra de las causas que cada vez se ligan más a las dermatitis son las alergias alimentarias o una microbiota tanto cutánea como intestinal desequilibrada.

Si además de la dermatitis padeces alguna alergia puedes acudir a tu alergólogo a que te haga pruebas alimentarias, quizá alguna de ellas esté relacionada con tu dolencia capilar, aunque en muchas ocasiones esas intolerancias no se pueden medir en sangre ya que no provocan una alteración de la Inmoglobulina E (IgE) y se ha de usar otros métodos de medición.

Nuestra solución Essabó

Si ya has descartado todo lo anterior, o tiene alergias y estrés y no consigues deshacerte de la dermatitis de cuero cabelludo, toma nota de nuestra receta mágica con la que, poco a poco, tu piel se reestablecerá ¡cuéntanos tus avances en nuestras redes sociales!

En primer lugar usaremos una mascarilla de aceite de girasol y coco al 50%. Puedes usar los que tengas en casa para cocinar, aunque nosotros te recomendamos que sean 100% ecológicos y de primera presión en frio para que sean lo más puros posible.

Prepara una mascarilla con ambos ingredientes. Si es invierno el aceite de coco estará sólido, ya que es una grasa que se solidifica por debajo de los 25ºC, por lo que te recomendamos que lo cojas con una cuchara y lo atemperes al baño maría muy suavemente para que no pierda propiedades.

Coges una pipeta y aplicas la mezcla de los aceites en el cuero cabelludo y los dejas actuar. Cuanto más tiempo mejor, pero no tiene que escocer ni molestar. Si tienes costras o heridas ve con cuidado.

Al cabo de las dos horas toma un poco de sal marina (procura que no sea sal común, cuanto más pura, mejor) y la aplicas suavemente en el cuero cabelludo realizando una exfoliación muy ligera (imagina que es la piel de un recién nacido).

Después lava tu cabello con nuestro champú Essabó y aclárate con agua templada-fría (no helada, los cambios bruscos de temperatura no son buenos para las dermatitis) y una cucharada de vinagre de manzana ecológico.

Con el vinagre incrementamos el pH del agua y equilibramos la alcalinidad del champú mientras que balanceamos la microbiota cutánea.

Los aceites de girasol y coco contienen ácidos grasos muy importantes para regenerar la piel, al tiempo que el ácido láurico y la vitamina E son idóneos para tratar las pieles delicadas.

La sal marina proporciona oligoelementos y ejerce un ligero efecto peeling desprendiendo las células muertas, costras y caspa suavemente.

Nuestro champú Essabó arrastra las células muertas, limpia el cuero cabelludo y elimina el exceso de aceites para tener una melena cuidada y bonita.

Si quieres saber cómo hacer un tratamiento détox perfecto para tu cuero cabelludo no dejes de leer nuestro artículo Cinco pasos para una Rutina Detox Capilar.

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