El secreto de una buena limpieza facial está en el jabón

Hoy en el blog de Essabó nos centramos en la limpieza facial y os contamos un pequeño secreto para mantener nuestra piel perfecta todo el verano.

Como sabéis, una limpieza facial es vital para tener una piel sana y bonita y para cumplir estas dos finalidades, es importante que el jabón que usemos sea natural y no contenga ingredientes tóxicos.

Como os contamos en el post Essabó, el jabón de toda la familia ¡también de tus peques!, los jabones sin jabón, o sea, los geles de toda la vida entre los que se encuentran los geles limpiadores faciales, contienen muchos ingredientes de procedencia petroquímica que no solo dañan tu piel, sino que contienen impurezas e ingredientes tóxicos que penetran la piel, como los ingredientes disruptores endocrinos.

Lo que no debe tener tu jabón facial

Los polietilenglicoles (más conocidos por sus siglas PEG- seguidos de un número),  los sulfatos etoxilados como el Sodium Laureth Sulfate ( y todos los que contengan algún ingrediente acabado en -eth como -oleth, -myreth, -pareth) o irritantes como el Sodium Lauryl Sulfate, y los conservantes dañinos, como el triclosán, los parabenos o las sothiazolinonas, son algunos de los ingredientes que, seguro, están presentes en tus geles faciales habituales.

Estos productos irritan la piel, a pesar de que puedes sentirla hidratada por el efecto de las parafinas y aceites minerales, desequilibrando su manto hidrolipídico y provocando un exceso de grasa o una piel deshidratada.

Y no solo eso, los ingredientes que contienen también desequilibran la microbiota dérmica, la flora bacteriana donde millones de bacterias y hongos conviven en una equilibrio maravilloso. Desequilibrar esa flora hace que algunas de estas bacterias que queremos mantener a raya ganen terreno a otras y proliferen más de lo adecuado, como es el caso de la cándida albicans.

Los jabones con un pH Alcalino (a partir del 9,5) desestabilizan la membrana de los microbios, inhibiendo el crecimiento de los organismos no deseados. Por eso podríamos decir que su caducidad es casi ilimitada en cuanto a proliferación bacteriana se refiere, aunque los aceites y mantecas sí se van enranciando.

Se debate mucho sobre la conveniencia de usar jabones con pH alcalino en la piel, ya que nuestro manto es ligeramente ácido (el famoso pH 5.5), por eso no conviene usar jabones alcalinos para preservar la flora bacteriana cutánea en estado óptimo.

Sin embargo, los jabones Essabó limpian en profundidad sin desequilibrar la flora ya que la ligera alcalinidad que tienen se compensa con un sobreengrasado del jabón, que permite a la piel recuperar su acidez idónea en cuestión de segundos y proporciona una limpieza natural que es incomparable con los geles convencionales que no solo son alcalinos, sino que aportan muchos tóxicos a nuestro cuerpo.

Por eso nuestros jabones Essabó están cuidadosamente formulados para dar respuesta a las necesidades de cada piel y de cada rostro.

¿Piel grasa y con acné? Prueba nuestro jabón Essabó para piel grasa con arcilla, canela y naranja. La arcilla absorbe el exceso de sebo con cuidado, mientras que la naranja relaja la piel y la canela es uno de los antisépticos y antibacterianos más potentes de la naturaleza.

Verás tu piel limpia, cuidada y con el acné y la grasa a raya pero, lo más importante, sin desequilibrar tu flora cutánea.

¿Qué tu piel es sensible y toleras mal los aceites esenciales? También tenemos respuesta a tus males. En Essabó encontrarás nuestro delicado jabón Essabó sin perfume. Perfecto para personas con SQM, alérgicos, con pieles sensibles y para niños.

Un suave cuidado con aceite de coco y oliva ecológicos y con glicerina vegetal natural.

Notarás la piel cuidada y limpia.

Y no solo eso. Ahora que es verano y vamos a la playa y la montaña, debemos protegernos del sol adecuadamente con gorros y ropa ligera. Pero, además, hemos de usar un protector solar óptimo. En este sentido, en Essabó, como no podía ser de otra forma, os recomendamos un protector solar ecológico con filtros físicos como el Dióxido de Titanio y el Óxido de Zinc.

Estos dos filtros se adhieren a la piel cubriéndola con millones de diminutas partículas minerales. Estas partículas ejercen de pantalla para que los rayos de sol no penetren nuestra piel, de forma que queda totalmente protegida. Al contrario que con los solares con filtros químicos convencionales en los que los rayos solares inciden en la piel pero esta no se quema debido a la reacción química -de ahí que se llamen filtros químicos- que se ha producido en tu cuerpo al absorber estos ingredientes.

El problema de los filtros químicos es su toxicidad (se ha demostrado que inciden en las funciones hormonales de nuestro cuerpo y de los organismos marinos, hasta tal punto que a partir de 2021 estarán prohibidos en las islas Hawaii por ser los responsables directos de la muerte de la barrera coralina).

Por lo que respecta a los filtros físicos, el problema es que algunos son muy blancos y al ser partículas minerales adheridas a la piel, a veces, cuesta eliminarlos.

Pero no con Essabó. Con nuestros jabones no tendrás que frotar la piel hasta irritarla, ya que remueven con suavidad los filtros sin agredir la piel, sobre todo la de los niños y la del rostro.

Eso sí, como estos filtros minerales tienden a resecar la piel, te aconsejamos que uses una buena crema hidratante facial o un after sun ecológico para hidratarla correctamente.

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