En la actualidad, existen diferentes marcas de champú sólido en el mercado. Aunque a simple vista todos parezcan iguales, su composición es bastante diferente.
Hoy, en el blog de Essabó queremos hablaros de una de las tipologías de este producto, la fórmula champú (líquido o sólido).
Este primer tipo de champú sólido viene a ser la misma formulación que la de los champús líquidos. A nivel medioambiental suponen una mejora pues el hecho de ser sólidos evita el uso de envases de plástico voluminosos, fomentando el concepto zero waste.
En cuanto a formulación, como punto positivo, por lo general en los champús sólidos se añaden menos conservantes por el hecho de llevar menor concentración de agua. Sin embargo, el resto de formulación es prácticamente igual que los champús líquidos, ya sean naturales o convencionales.
No existen champús con certificación ECO para este tipo de formulación, ya que todos llevan tensioactivos o surfactantes (agente limpiador) en mayor o menor proporción y en mayor o menos agresividad-toxicidad.
Algunas marcas más naturales afirman no llevar sulfatos, siliconas y parafinas, pero aunque no lleven estos ingredientes en sus formulaciones, todos llevan tensioactivos.
El principal sulfato que conviene evitar para productos cosméticos es el Sodium Laureth Sulfate, ingrediente sintético principal en las fórmulas de champú. Para las fórmulas sólidas más naturales, se suelen usar una versión más suave de tensioactivos, pero que en muchos casos pueden seguir siendo irritantes.
Estos ingredientes son los encargados principales de limpiar y acondicionar el cabello. Es por ello que quien está acostumbrado a utilizar un champú líquido, no va a notar demasiada diferencia al utilizar un champú sólido con alguno de estos ingredientes, pues viene a ser lo mismo.
Normalmente, los champús sólidos suelen ir enriquecidos con extractos naturales y aceites esenciales, haciendo mucho hincapié en su comunicación y packaging de que son champús naturales (por ser sólidos y por estos ingredientes naturales añadidos), pero hay que fijarse bien en su composición, pues si llevan según que ingredientes convencionales y no tienen certificación natural, pueden estar transmitiendo un concepto erróneo al consumidor y cayendo en el greenwsahing.
Si queréis conocer cuáles son las formulaciones 100% naturales y respetuosas tanto con el cuero cabelludo como con el medio ambiente, no te pierdas el próximo post “Tipologías de champú sólido: la fórmula jabón champú (sólido)”.
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