Los cosméticos reflejan en su etiquetado reivindicaciones sobre las bondades del producto, qué hace, para qué sirve, qué conseguiremos mediante su uso, etc.
Estas funciones derivan principalmente de los ingredientes activos que componen el cosmético. Las etiquetas también informan para qué tipo de piel o cabello está más indicado el cosmético, cuáles son sus recomendaciones de uso, consejos… Una información especialmente interesante para una buena utilización y aprovechamiento del cosmético.
Paralelamente, es cada vez más frecuente encontrar en el etiquetado logotipos, sellos e ilustraciones que reivindican algún tipo de certificación del producto o bien de la empresa responsable del cosmético. Bajo estos logos, las cada vez más frecuentes denominaciones de cosmética ecológica, cosmético bio y cosmética natural entre otras, posicionan al producto en una categoría específica, un segmento emergente y exclusivo en el mercado, el de la cosmética natural y ecológica certificada.
Esta certificación evidencia los esfuerzos de la organización en hacer las cosas mejor, en posicionar los productos en una categoría específica, exclusiva y con creciente interés por los consumidores más concienciados en los recursos naturales, su explotación y su relación con la salud y el medio ambiente.
¿Qué ventajas tiene una cosmética natural y ecológica certificada?
Cualquier cosmético certificado supone que ha sido validado conforme al standard o norma para la que se certifica. Hay muchas organizaciones de certificación independientes, nacionales e internacionales, que se dedican a certificar cosmética y buscan en líneas generales, que el cosmético sea fruto de muy buenas prácticas de fabricación y que éstas buenas prácticas sean reconocidas a través de cosméticos con su sello.
En general, mediante la certificación natural y ecológica, las empresas y sus cosméticos cumplirán lo siguiente:
- respeto y protección de los ecosistemas y su sostenibilidad.
- selección de materias primas naturales y procedentes de la agricultura ecológica.
- no utilizar materias primas modificadas genéticamente, ni precursores modificados e incluidos en materias primas.
- potenciar selección de materias primas locales y apostar por comercio de cercanía.
- formular, fabricar y acondicionar los cosméticos sin generar riesgos para la salud de las personas ni al medio ambiente.
- prohibición de transformaciones químicas y físicas de los ingredientes naturales y ecológicos que generen incompatibilidad con la salud y el medio ambiente.
- no realizar tests ni ensayos experimentales sobre animales.
- gestionar adecuadamente la energía, el agua, el aire y los residuos generados.
- evitar sobreembalaje, utilizar envases respetuosos con el medioambiente y apostando por biodegradables, reutilizables o fácilmente reciclables.
- trazabilidad exhaustiva, en pro de una mejor credibilidad y profesionalidad de todas las actividades; ejemplos serían tener bajo control y vigilancia, sujeto a inspección periódica, todas aquellas operaciones realizadas desde la fabricación del cosmético hasta el usuario final o desde otro punto de vista, desde la selección de los ingredientes hasta el etiquetado del cosmético que los contiene.
Si además de ser consciente de las ventajas de la cosmética certificada, también te interesan las diferencias características frente a la cosmética convencional. No te pierdas la segunda parte del post, allí te desvelaremos los sellos ecológicos más relevantes.