La exfoliación es el tratamiento estético más importante para mantener una piel joven, suave y luminosa. Esta rutina de belleza nos ayuda a eliminar células muertas y otras impurezas que se depositan en la superficie de nuestra epidermis, aportándole suavidad y luminosidad.
Aunque nuestra piel elimina diariamente miles de células muertas, como estamos en constante exposición a las toxinas del entorno que nos rodea, si no exfoliamos la piel de manera regular estamos impidiendo la correcta oxigenación de nuestras células, el tono de nuestra piel pierde su belleza natural y favorecemos a que nuestros poros se obstruyan dando lugar a las temidas arrugas de expresión, los puntos negros y los granitos.
A pesar de que la exfoliación se suele asociar al rostro, no es menos cierto que prácticamente cualquier parte del cuerpo puede ser exfoliada. No obstante, la frecuencia y los productos a utilizar, dependerán en mayor medida de nuestro tipo de piel.
Hoy en el blog de Essabó hablamos de los diferentes tipos de exfoliación y damos unos tips para saber elegir el más acorde a cada tipo de piel.
Tipos de exfoliación
Como hemos avanzado en el título de este post, existen dos tipos de exfoliación: la química y la mecánica.
La exfoliación química se realiza con bases enzimáticas o ácidos que eliminan poco a poco las capas superficiales de la epidermis. Generalmente, los ácidos más famosos que suelen utilizarse en este tipo de tratamientos son los AHA (ácidos alfahidróxidos), como el glicólico y los BHA (ácidos betahidróxidos), como el salicílico. Aunque, para evitar ser agresivos con la piel, sus concentraciones no suelen ser superiores al 15%.
La exfoliación mecánica, por el contrario, actúa por fricción. Es decir, las impurezas se eliminan gracias al movimiento físico que producen las partículas granuladas contra la piel. En el mercado, podemos encontrar cremas o lociones que incorporan en sus fórmulas microplásticos, aunque ya existen en el mercado jabones ecológicos como Essabó exfoliante que además de limpiar y cuidar de nuestra piel, utiliza partículas naturales como la cáscara de almendra molida, que ayuda eliminar las células muertas de nuestra piel sin contaminar el planeta.
¿Cuál es mejor?
Nuestra elección dependerá del tipo o sensibilidad de nuestra piel. En el caso de la exfoliación química, como llega hasta las capas más profundas de la epidermis, si no conocemos cuál es nuestro tipo, y hacia qué componentes puede llegar a ser reactiva, nos arriesgamos a utilizar un producto demasiado abrasivo que acabará irritándola.
Por este motivo es más recomendable la exfoliación mecánica, siempre y cuando se opte por productos naturales libres de microplásticos, ya que además de limpiar, suavizar y dar luminosidad a nuestra piel, favorece la circulación. En el caso de tener la piel sensible o muy fina, también puede provocar enrojecimiento o una leve irritación. ¡Es temporal! En unos minutos desaparece dejando la piel suave y lisa.
Respecto a la frecuencia, esta dependerá de las necesidades de nuestra piel. Si tienes la piel grasa o mixta, lo recomendable es exfoliar el cuerpo un par de veces por semana. En el caso de que tu piel sea seca o sensible, es preferible que limites tu rutina a una vez por semana. Así evitarás irritarla en exceso.
¡Importante! Independientemente del tipo de exfoliación, siempre es imprescindible utilizar protección solar tras el tratamiento, ya que la epidermis pierde su capa superficial y parte de la grasa que la protege quedando totalmente expuesta al sol.
Si quieres conocer más sobre exfoliantes naturales no te pierdas nuestra entrada del blog “El exfoliante sin microplásticos bueno para tu piel y el medio ambiente”.