Ante la pregunta de y tú ¿eres más de gel o de jabón? muchas contestáis que pese a que os gustaría ser más #zerowaste no lo hacéis porque pensáis que los jabones en pastilla resecan la piel y que los geles la miman mucho más.
Hoy en el blog de Essabó os vamos a dar razones para pasaros a los jabones sólidos y lucir una piel hidratada, nutrida y bella.
Como sabéis, la capa externa de nuestra piel tiene un manto hidrolipídico constituido principalmente por agua y lípidos (grasas), de ahí su nombre hidro-lipídico. También se le conoce como manto ácido, ya que tiene un pH ligeramente ácido.
Esta capa externa es de vital importancia ¿Sabías que la piel humana es el órgano más grande de todo el cuerpo y que abarca hasta 2m2? Y de su equilibrio depende que virus, bacterias y demás patógenos tengan un acceso difícil a nuestro organismo, ya que su pequeña acidez es la que proporciona protección contra estos agentes, por lo que tener una piel sana es sinónimo de tener un cuerpo sano.
El uso de jabones neutros que no desequilibren nuestra piel es, por tanto, necesario para preservar su equilibrio natural. Un pH neutro es un pH de 7, el pH del agua natural pura, mientras que nuestra piel tiene un pH medio de 5.5, es decir, ligeramente ácida, como el agua de lluvia.
Si nos movemos del pH 7 hacia arriba (el máximo es el pH 14) estaríamos ante agentes alcalinos, mientras que del pH 7 hacia abajo nos encontraríamos con pH ácidos (Figura 1).
En principio los geles de ducha convencionales tienen un pH más ácido que los jabones en pastilla, llegando al pH ácido de nuestra piel en algunos casos aunque en los anuncios digan que es un jabón de pH neutro, no lo son (ver Figura 1).
Sin embargo y a pesar de lo mucho que se habla del equilibrio ácido de los geles, muchos de ellos son extremadamente alcalinos, como podemos ver en el estudio publicado por la Universidad de los Andes sobre el pH de los geles comerciales, donde se aprecia conocidos geles con una alcalinidad mayor que los jabones en pastilla Essabó (Tabla 1).
Nuestros jabones Essabó no sólo tienen un pH menor que muchos de los geles convencionales, basculando entre un pH 8,5 al 9,5 dependiendo de cada jabón, sino que, además, para ayudar a cuidar el manto hidrolipídido están formulados con alta concentración de aceites y contienen glicerina, para mantener la humectación de la piel.
De esta forma, al usar una pastilla de jabón Essabó, el pH de nuestra piel aumenta ligeramente, con lo que se consigue una limpieza mayor en menos tiempo, pero, al mismo tiempo, los aceites que contiene ayudan a nuestra piel a volver a su estado óptimo ligeramente ácido, pH que retoma a los pocos minutos de la ducha.
Algunos jabones en pastilla pueden producir una mayor sequedad cutánea debido a la baja calidad de sus ingredientes o a formulaciones defectuosas, cosa que las marcas convencionales solucionan añadiendo aditivos y correctores de origen petroquímico que suavizan la piel, mientras que los jabones Essabó al estar hechos de materias primas de la mejor calidad, como aceites vegetales y ecológicos de primera presión en frío, limpian al tiempo que acondicionan la piel sin dejar esa sensación de sequedad en la piel y sí una piel limpia y cuidada.
Además de eso, para asegurarnos de que nuestros jabones pueden ser usados incluso por las pieles más delicadas están formulados con los mejores aceites para la piel, como son el aceite de coco virgen ecológico y el aceite de oliva ecológico.
Así, la calidad de los ingredientes marca una absoluta diferencia entre los jabones en pastilla convencionales y los jabones Essabó, certificados como ecológicos por Bio Inspecta, una de las certificadoras ecológicas más prestigiosas de Europa.